OPINIÓN - 08/23/2007
Jordi Reyes-Montblanc
Hace cuatro años que la Universidad de Columbia presentó sus planes de expansión ante la Junta Comunitaria No. 9 de Manhattan (CB9M, por sus siglas en ingles).
Hace cuatro años que la Universidad de Columbia presentó sus planes de expansión ante la Junta Comunitaria No. 9 de Manhattan (CB9M, por sus siglas en ingles).
El Distrito 9 es reconocido como las tres barriadas históricas de Morningside Heights (la calle 110 oeste a 122 oeste); Manhattanville (122 oeste a 135 oeste) y Hamilton Heights (135 oeste a 155 oeste). El Distrito 9 es habitado hoy día por mas de 140,000 personas con aproximadamente el 50% Hispano.
La Columbia ya es dueña o controla las dos terceras partes de las 17 acres que ha designado como blanco de su expansión en Manhattanville. La universidad ha decido que esas 17 acres son esenciales para ellos y si no pueden comprar todas las propiedades le han pedido al estado que las condene, las expropie y se las de a la Universidad.
La quinta enmienda de la Constitución permite que el gobierno expropie propiedades privadas para uso público, como construcción de un hospital, una carretera, o una escuela publica. La Universidad es una entidad privada, no lucrativa pero no de beneficio publico ya que cuesta aproximadamente $60,000 al año para poder estudiar en ella. Por tanto, la CB9M se opone firmemente a la condenación y expropiación de las propiedades que rehúsan venderle a Columbia.
En efecto, la Universidad indica que creara más de 6,000 trabajos y durante los 30 años de construcciones que creara 1,200 trabajos de construcción. Lo que no explican es que esos 6,000 trabajos serán científicos, académicos, profesionales, técnicos y administrativos, puestos que pocas personas en nuestras comunidades pueden desempeñar. En cambio, la Columbia eliminaría más de 1,600 trabajos de factoría y mecánica bien pagados con beneficios de Uniones y desempeñados por residentes Hispanos y Africano Americanos del distrito. En otras palabras nos quieren dar “gato por liebre”.
Otro efecto que ya se sentía pero que ha sido agravado por la publicidad de la expansión es el aumento de alquileres. Apartamentos que hace tres o cuatro años pagaban alquileres de $300, $500 y $600, hoy día están pagando $1200, $1500 y $1800 mensuales, resultando en el desplazamiento de cientos de residentes, particularmente Latinos y Africano-Americanos.
Para poder lograr sus planes, la Universidad necesita la rezonificación del área de su expansión para poder construir los gigantescos edificios que se propone construir sobre un encoframiento subterráneo de siete pisos de profundidad bajo los edificios y debajo de las calles creando lo que llaman “bathtub” -- es decir una “bañadera” en un área con manantiales subterráneos y una falla sísmica que ha sido designada por los Departamento de Servicios de Emergencia de la Ciudad y del Estado como un área de evacuación debido a ser susceptible a las inundaciones y temblores de tierra y a presiones hidrostáticas subterráneas.
El 15 de agosto, durante la audiencia publica de CB9M, el consultante de la Universidad -- el conocido político y cabildero Bill Lynch -- contrató miembros de un programa de reforma de estupefacientes para que se presentarán en apoyo de la Universidad, asi como también miembros de las uniones de construcción que comparecieron en actitud beligerante reclamando trabajos. El resultado fue que la comunidad de latinos y Africano Americanos abuchearon y chiflaron al ex Alcalde David Dinkins, y al presidente de la Universidad Lee Bollinger. Mas de 125 personas testificaron pero solo 22 a favor del plan de la Universidad.
Es muy cierto que la Universidad tiene el potencial de hacer grandes descubrimientos médicos y científicos, pero eso no le da poder a Columbia para hacer y deshacer esta comunidad a su conveniencia y deseo.
A gritos, pitos y maracas, los residentes del Distrito 9 rechazaron los esfuerzos del “establecimiento político” de Harlem que trató de intervenir en los asuntos de esta comunidad.
Jordi Reyes-Montblanc es el presidente de la Junta Comunitaria 9 de Manhattan.
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